lunes, 21 de julio de 2008

Utopia

Texto: Josefina RV

Fue tu musica.

Desde la terraza vieja y habitual te escuche, cada acorde me distraia, casi casi los podia ver subiendo a buscarme. Fue el detonante de mi abstraccion absoluta en el lapso fugaz de minutos que tarda alguien en ir al baño y volver.

Ya no hubo mas nadie y empezo el vieje de realidades que me llevo a diciembre, con el bolso listo para irme casa y la ansiedad de volver al sur.
...Desupes el telefono, la noticia, el dolor que no me dejo dormir. El duelo y el adios que jamas hubiera querido decir y ese olor nauseabundo a hospital.
Un Nuevo Año que llego triste, humedo y lejos de los amigos, sin burbujas.

La mudanza y la soledad que tanto espere y que no llego en el momento indicado; El trabajo, los vestidos blancos de novia, las sonrisas, la saturacion de la ciudad.

....Y la incertidumbre y el amargo presentimiento de lo que estaba por pasar en tan poco tiempo que me iban trayendo de a poquito al presente.

Ya era tarde cuando volvi en mi, aunque lo quise evitar con fuerza ya se escapaban esas gotas saladas y gorditas que tan bien hace dejar caer. No era el lugar, no queria que me viera...y me pregunto: "¿Estas bien?" Detesto pensar que haya creido que se gano una de esas lagrimas.

Miedo, muchisimo, y querer salir corriendo para conservar el instante, sin dar explicaciones mediocres e inventadas.

Pero era la noche perfecta (oscura y fresca) para ser uno mismo, vulnerable, fragil, desnudo, pequeño.

Tu musica logro lo que jamas pudo una terapia, abrir la caja de mis recuerdos profundos, los que quiero enterrar.

Gracias, interprete anonimo de las calles de Buenos Aires, le diste magia a un momento eterno que hubiera querido congelar en el tiempo.