domingo, 6 de julio de 2008

Las calles de Buenos Aires se vuelven magicas de noche.
Me seducen en cada baldosa gris y gastada.
Su silencio envuelve misterios, sus luces borrosas se vuelven ojos que vigilan.
Caminas despacio, y de los rincones mas inusuales surgen historias sin desenlace, que duran lo que tardas en pasar por una puerta, en mirar de reojo por una ventana.
Adentro, va creciendo la exitacion..... cierto miedo.
De a poco te invita indecente a penetrar sus secretos, su bajo tierra, sus ocultas realidades.
El olor en sus esquinas te envuelve y te impacienta.

Y se vuelve imposible evitar el goce, te acelera el pulso y no hay escape...estas en sus fauces, te devora impiadosa.