jueves, 12 de febrero de 2009

Rosario

Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de
inteligencia.

Enrique Jardiel
Poncela
(1901-1952) Escritor español.



Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.

Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.

Tanto la primera como la segunda me parecen acertadas. El sedentarismo y la costumbre son enemigos que suelen salir ganado. "Que no tengo plata, que no tengo auto, que no tengo con quien ir, que si hace frio, que si hace calor, que si es termporada alta o baja"... Y al final el 90% de los meticulosos planes para partir a conocer otros lugares, siempre seguiran siendo planes. Una vez mas, decir, y no hacer....maldita costumbre nuestra.

Pero esta vez, desafiando a lo de siempre, me fui.

Y no lo pense demasiado ni quise escuchar la opinion de los demas. Si es lindo o feo, yo me voy igual, si hace calor o frio, si hay sol o me lleva el temporal, me voy igual!

Me fui. Y Rosario muy contenta me abrio la puerta, con alfombra de Boulevard decorada con palmeras y murcielagos bailarines.

Sorpresa fue la sensacion, enorme sorpresa, la ciudad arraso con todo lo que imaginacion habia trabajado para ella. Limpia, húmeda, amplia, silenciosa, y funcional!. Rosario funciona. puede que suene a slogan de campaña politica, pero a diferencia de estos ultimos, esto que digo es verdad. Hay que agregar que siempre tuve la sensacion de que se esta guardando algun secreto, algo inconcluso en el aire, imposible de descubrir.

Mientras tanto camine por su costanera, me deslumbre con sus casas antiguas perfectamente conservadas, balcones que imagine con algo de marroqui y español en perfecta armonia con las lineas mas modernas. Observe sus abundantes clinicas y hospitales, que no dan miedo como los de Buenos Aires. Rosario es una ciudad verde, con jardines mimados, avispas y muchas vaquitas de san antonio amarillas y negras.

A la gente no le gustan las preguntas, o le da fiaca contestarlas. Muy amablemente y despacio te contestan lo justo. No molestan, van y vienen en su propio mundo, lejos del exhibicionismo y la provocacion porteños.

Tiene un rio oscuro y tibio, arena placenteramente fina y amarillenta. Y lanchas colectivo que te dan sueño con el ruido del motor...

Quiero volver. NO soy gran admiradora de Fito, pero la verdad es que tenia razon cuando le escribio a Olmedo: SIEMPRE ESTUVO CERCA.

No voy a desperdiciar este ímpetu aventurero que destapo Rosario, estoy convencida, cuanto menos estipulado y aunque sean dos dias, el viaje es mejor!

Destinos sobran, siempre pense que seria muy triste morirme sin haber conocido otro pedacito del planeta. Todo un planeta para ver, y lo que se quiere se puede, asi que a querer se ha dicho, dicen que el limite....es el Cielo!